"Los empresarios imputados en la presunta trama de fraude de
subvenciones destapada por la Operación Zeta tenían claras sus
vinculaciones políticas y dejaban constancia de ellas por escrito, según
se desprende de la investigación judicial.
La Federación de Autónomos
de Galicia “nació desde el Partido Popular”, le recordaba en una carta
de mayo de 2010 —incluida en el sumario del caso— al presidente gallego,
Alberto Núñez Feijóo, el número dos de esta organización, Francisco
Javier Pérez Bello, acusado de pertenecer al entramado que supuestamente
desvió para su uso y disfrute buena parte de los 20 millones de euros
que recibieron de la Administración —15 de la Xunta y cinco del Gobierno
central— para impartir cursos a autónomos que en la mayoría de los
casos ni se celebraron.
Tras dos años de pesquisas, pinchazos y registros, la policía está
convencida de que el “intermediario” entre los imputados y los
dirigentes populares de más alto nivel era Francisco Ramón Pachi
de Lucas Blanco, un empresario madrileño afincado en Bueu (Pontevedra)
que, según numerosos testimonios recabados por este periódico, acumula
años de amistad con Feijóo.
La Unidad de Delitos Económicos y Financieros de la policía sostiene
que Pachi Lucas, que fue visto junto a Feijóo en momentos especiales de
su carrera política como su toma de posesión como presidente de la Xunta
en 2009, estaba a sueldo de la trama, ya que se “le abonaba un dinero
por la práctica de gestiones de interés”, como entrevistas o la
“adjudicación y/o cobro de proyectos”, concluye un informe policial.
Una
empleada del departamento financiero de Azetanet, una de las empresas
de Gerardo Crespo —activo militante del PP al que la policía considera
cabecilla de la trama—, declaró que “le pagaba por transferencia a
mercantiles de Pachi Lucas”. Era una “cantidad periódica” que se
priorizaba por órdenes de su jefe, añadió.
Según las investigaciones, Lucas era un nexo fundamental con las
Administraciones gobernadas por el PP de las que los empresarios
imputados obtenían concesiones millonarias para sus sociedades
mercantiles u organizaciones declaradas falsamente sin ánimo de lucro.
Actuaba, señala la policía, “de intermediario para la gestión, entre
otras, de reuniones con personas relevantes del PP”.
En las postrimerías del Gobierno de Zapatero, el 4 de julio de 2011,
Pachi Lucas envía un SMS a Crespo para comunicarle la cita que le había
conseguido con la que luego sería ministra de Fomento, Ana Pastor:
“Gerardo, el jueves 7. A las 5,30 en Génova, despacho Ana Pastor. Marga
[una directiva de las empresas de Crespo] y tú. Un saludo. Feijóo va a
ser clave”.
Unos días después una representante de Azetanet, una de las empresas
de Crespo, informa a Pachi Lucas de que la firma se va a presentar a un
concurso de la Diputación Provincial de Pontevedra para actividades de
formación.
“Te lo comento por si está en tu mano hacer algo”, le dice al
amigo de Feijóo, aunque finalmente la sociedad del imputado no logró el
contrato. Un mes después de estas gestiones, el empresario madrileño
compartió tendido en la plaza de toros de Pontevedra con Feijóo, Mariano
Rajoy, Alfonso Rueda y Rafael Louzán.
La policía graba en enero de 2012 una conversación entre Crespo y
Lucas en la que queda “patente” que el primero “está intentando influir
en una persona sin identificar, supuestamente para conseguir el pago de
alguna cantidad adeudada”. “Necesito verte”, le dice Crespo. “Hoy llamé a
Génova y pedí una cita”. Una colaboradora del empresario coruñés afirma
que Lucas está “muy pendiente de Galicia” pero que ha hablado con él
para que no se olvide “de lo de Madrid”.
Pachi Lucas y Feijóo se conocieron en Madrid en los noventa cuando el
dirigente popular ocupaba cargos en los Gobiernos de José María Aznar.
Lucas se dedicaba al sector de la joyería. Según consta en el Registro
Mercantil, actualmente sigue administrando Lucas y Cia Joyeros, así como
las firmas Disart 4 y Ralumeg, dedicadas a la orfebrería y a los
regalos de empresa.
Tal era la importancia que le otorgaba a Lucas el trío formado por
Crespo, Pérez Bello y el hostelero Eliseo Calviño, principales
imputados, que cuando el madrileño, en la primavera de 2012, dejó
repentinamente de cogerles el teléfono, en los despachos de los gallegos
saltaron las alarmas.
El esquinazo coincidió con el momento en el que
la Consellería de Benestar empezó a realizar inspecciones en las
entidades de la trama, subrayan los encargados de la investigación
judicial. El 1 de junio de 2012, Crespo escribe un mensaje desesperado a
Carlos Negreira, alcalde de A Coruña con el que mantiene una relación
que los agentes tachan “de confianza”.
“Carlos se está cometiendo una
injusticia con mi empresa y me va a llevar a la suspensión de pagos”, le
dice Crespo. “Ninguno me cogéis el teléfono, incluido Pachi, que le
aconsejáis que me deje”.
Las organizaciones de Crespo, Calviño y Pérez Bello nunca antes
habían sido objeto de controles por parte del Gobierno gallego,
confesaron los imputados en sus conversaciones telefónicas grabadas
aquellos días por la policía. Aunque ellos lo ignoraban, el cambio de
actitud de la Xunta y del PP tenía una causa.
Meses antes, a mediados
del mes de diciembre de 2011, el testimonio de dos extrabajadoras de las
entidades con las que captaban fondos públicos había puesto en marcha
una investigación judicial en el Juzgado de Instrucción número 7 de A
Coruña. “Carlos [por Carlos Negreira] y estos lo saben hace tres meses”,
le confesó, indignado, Crespo en junio de 2012 al dirigente de una
asociación vecinal del centro urbano de A Coruña, también vinculada al
PP, en referencia a las inspecciones de la Xunta a sus empresas. “Sí,
desde que le dijeron a Pachi 'no te pongas al móvil”.
Aquella carta a Feijóo en la que uno de los implicados en el caso
presumía de la genética popular de la Federación de Autónomos de
Galicia, una misiva calificada entre los imputados como “urgente,
personal y confidencial”, es una de las varias comunicaciones de estos
con el presidente de la Xunta recogidas en el sumario del caso.
En la
misiva, Pérez Bello trasladaba además al líder del PP gallego su temor a
que el Gobierno central, entonces en manos del PSOE, les retirase las
millonarias ayudas que recibían y se las otorgase a otras entidades que
“pedirán el voto para el partido socialista”.
“Ellos tendrán el dinero y
nosotros no; así de claro”, advertía Pérez Bello al presidente del
Gobierno gallego. La policía halló en la contabilidad de la trama pagos
al PP en 2011 por 17.000 euros, 15.000 de ellos en las vísperas de las
elecciones generales que ganó Mariano Rajoy.
En el sumario constan dos correos electrónicos de Crespo a Feijóo en
los que le traslada, en palabras de la policía, “sus inquietudes
laborales”. Uno de ellos lo envió el imputado con copia oculta a Pachi
Lucas. El 22 de mayo de 2011, en la jornada electoral en la que el PP
arrebató el poder al PSOE en A Coruña, Santiago y Ferrol, cuando el
partido saboreaba ya la victoria, Lucas remite un SMS a Crespo:
“Comiendo en Beluso, presidente, mar...! Todo bien”. (
Sonia Vizoso
, El País, Santiago
29 OCT 2014)
No hay comentarios:
Publicar un comentario