"Arranque de campaña de las elecciones gallegas de 2012.
Con la crisis económica arreciando, unos 300 obreros se concentran ante
el hotel Almirante de Ferrol donde el PP celebra su pegada de carteles.
Le exigen al partido gobernante que cumpla con una obra prometida en los astilleros para recibir carga de trabajo.
Los ánimos están muy encendidos y la protesta acaba con el histórico
sindicalista Xesús Anxo López Pintos con la cabeza ensangrentada,
detenido por agredir presuntamente a un agente y poniendo a su vez una
denuncia por maltrato en comisaría. Siete años después, el entonces
líder comarcal del sindicato nacionalista CIG, ya jubilado, se juega
entrar en prisión.
Pintos, apoyado por CC OO, UGT, CGT y colectivos sociales y culturales
de la comarca de Ferrol que denuncian "persecución sindical", se ha
sentado esta semana en el banquillo de la Audiencia Provincial de A
Coruña junto al policía nacional que lo arrestó -al que él a su vez
denunció- y con los dirigentes del PP que estaban en aquel mitin
declarando como testigos.
La Fiscalía, que no ha presentado cargos
contra el agente, le pide al sindicalista dos años de cárcel por un
delito de atentado y una falta de lesiones y coacciones. Como acumula
otra condena de nueve meses por otra de las incontables protestas que ha
encabezado este percebeiro de Cedeira (A Coruña) en sus 40 años de
lucha obrera, Pintos puede acabar entre rejas. La CIG sostiene que lo que se pretende es “convertir a la víctima en verdugo”.
Pintos niega haberse abalanzado contra el agente que lo denunció,
como sostiene la Fiscalía, con la intención de romper el cordón policial
y perseguir a los cargos del PP que abandonaban escoltados el hotel por
una puerta trasera. Replica que se vio envuelto en una carga, que contó
diez porrazos y que cuando le pusieron los grilletes no se pudo ni
resistir porque estaba “grogui”:
“Un agente vino hacia mí y me dio en
una pierna, traté de esquivarlo. Entonces la policía cargó y me vi de
repente en el medio. Llevé diez porrazos. No sé cómo aguanté”. Las imágenes de la detención captadas por La Sexta
y emitidas durante el juicio muestran a Pintos en el suelo con cara de
susto, rodeado de agentes y siendo esposado mientras uno le grita “¡date
la vuelta o te abro la cabeza!”.
El policía denunciante y acusado a la vez por Pintos asegura que solo
se arrestó al líder de la CIG porque eran 12 agentes frente a 300
manifestantes: “No tuvimos capacidad para detener a más y se detiene a
la persona que a mí me agrede”. Sostiene que el sindicalista “quería
rebasar la línea policial” para correr detrás de los cargos del PP, que
lo agarró y golpeó y que incluso le intentó quitar el casco.
De ese
momento no hay grabación. Sobre la detención, asegura que Pintos se puso
“violento”, que “lanzó patadas”, una versión que apoya la Fiscalía,
aunque no se aprecia en las imágenes que emitió La Sexta. El funcionario
no recuerda haber amenazado a Pintos con abrirle la cabeza. Esgrime que
la sangrante brecha que sufrió se la debió de hacer en otra carga
anterior o por el impacto de los objetos que lanzaban los manifestantes.
Tras el arresto, sindicalista y agente se volvieron a ver las caras
en comisaría. “Me amenaza e insulta: ‘¡Os voy a denunciar, hijos de
puta!”, cuenta el policía que le gritó Pintos. El exdirigente de la CIG
sostiene que en dependencias policiales fue golpeado y vejado por el
funcionario mientras sus compañeros “miraban para otro lado” y proferían
frases contra su sindicato. La Fiscalía, por contra, mantiene que “las
lesiones sufridas y acreditadas no son compatibles con las supuestas
agresiones que el acusado relata y sí lo son con la versión vertida por
los agentes”.
Pintos proclama que su detención fue injustificada y que los policías
fueron a por él por su trayectoria "reivindicativa pero no violenta":
“Fue totalmente desproporcionado. Nadie estaba en peligro. Con los
dirigentes del PP tenemos una relación fluida. El PP retiró su denuncia y
hubo dirigentes que me llamaron”. Un sindicalista de UGT que presenció
la detención de Pintos asegura que oyó cómo los agentes reconocían al
acusado y decían que "había que cogerlo".
Por los altercados de aquel 4 de octubre de 2012, que obligaron a
interrumpir el mitin dentro del hotel por la “rotura de cristales muy
cerca” de los asistentes, los populares pusieron una denuncia por delito
electoral que acabaron retirando para “normalizar las relaciones con
los agentes sindicales”, según explicó en el juicio Diego Calvo, actual
presidente provincial del partido de A Coruña y de la Diputación cuando
ocurrieron los hechos.
“Todos temimos por nuestra integridad física”, declaró sobre aquella noche Miguel Tellado, número dos
de Alberto Núñez Feijóo en el PP. “Ese nivel de violencia no lo
habíamos vivido nunca”. Ninguno de los cargos del PP, que comparecieron
como testigos a petición de la acusación contra Pintos, dijo haber visto
la presunta agresión del sindicalista al policía. Este viernes el
juicio quedó visto para sentencia." (Sonia Vizoso, El País, 16/11/19)
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