"En Argentina es frecuente escuchar que resulta casi imposible encontrar a una persona que no tenga alguna relación con Galicia y no es difícil comprobar la veracidad de esta expresión porque alcanza hasta a grandes mitos históricos como la figura de Ernesto Che Guevara. Muchos años antes de que llegase el sobrenombre con el que es conocido en todo el mundo, la niñera que le cuidó durante los primeros años de su vida le había puesto otro, Teté, con el que se le conocía en su propia familia. Carmen Arias, una joven que había llegado a Buenos Aires en 1923 procedente de su Sarria natal, fue casi una segunda madre para el guerrillero más famoso del mundo y la relación entre ambos se mantuvo hasta pocos años antes de la muerte del Che, cuando visitó su país natal por última vez.
Arias comenzó a trabajar para la familia del Che en 1928 cuidando al recién nacido Ernesto aunque posteriormente acabaría encargándose también de otras labores y del cuidado de su hermana menor Celia. Al poco tiempo la familia Guevara Lynch se trasladó a la localidad de Caraguatay, en la provincia norteña de Misiones, donde explotaban una plantación de yerba mate, y Carmen Arias les acompañó. En el documental se recogen testimonios que recuerdan cómo la gallega acostumbraba a ir a lavar la ropa al río al igual que en su pueblo natal. También se cuenta que el niño Ernesto comenzó a sufrir los ataques de asma que le acompañarían durante el resto de su vida como consecuencia de los baños que tomaba en un club de Buenos Aires bajo la atenta vigilancia de Carmen.
Durante los primeros años de la vida del Che, la familia vivió entre Misiones y Buenos Aires pero precisamente los ataques de asma del niño les llevaron a trasladarse a la zona de Córdoba, con un clima más benigno para esta enfermedad. Carmen Arias les acompañó y vivió casi un año en esta zona con la familia, aunque finalmente abandonó la casa para volver a Buenos Aires donde le esperaba su futuro marido, Alfredo Gabela. A la gallega le costó abandonar a quien había criado como un hijo durante varios años.
Sin embargo, ese no fue el final de la relación con el Che, ya que éste fue elegido como padrino de Alfredo, uno de los hijos de Carmen, y su hermana Celia como madrina. Los vínculos creados con la niñera se mantendrían durante toda la vida del guerrillero. En el documental se explica que el Che enviaba sus cartas desde Sierra Maestra a la casa de la que había sido su niñera en Buenos Aires para hacer saber a su familia que estaba vivo. Para que nadie supiese quien las enviaba, las firmaba como Teté.
Ernesto no olvidaba a la mujer que le había criado durante los primeros años de su vida y a la que visitaba regularmente en sus tiempos de estudiante de medicina en Buenos Aires para que le cocinase comida casera. La última vez que se vieron fue cuando el Che ya era una celebridad e hizo un viaje relámpago y secreto para entrevistarse con el entonces presidente argentino, Arturo Frondizi, en 1961. Pese a que solo estuvo en Buenos Aires unas pocas horas encontró unos minutos para pasar por la casa de Arias y saludarla. Ernesto nunca volvería a Argentina y moriría combatiendo en Bolivia en 1967. Carmen Arias falleció años más tarde, pero nunca olvidaría a quien fue prácticamente un hijo para ella.
El documental aporta testimonios de los hijos de Arias, que recuerdan al Che casi como a un hermano más que compartía juegos con ellos. Carmen Gabela relata en la película que nunca vieron al Che como la figura histórica que es sino más bien como a un familiar más. La noticia de su muerte fue una conmoción para la familia gallega del Che, que prefiere recordar al guerrillero como el muchacho normal que parecía ser cuando visitaba la casa de la que fue su niñera." (El País, ed. Galicia, Galicia, 20/05/2010, p. 8)
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