"Su hip-hop rural versa sobre su aldea de 1.500 habitantes, pero amasa fans en todo el mundo. Con su receta local, Emilio José va camino de volverse gallego universal. (...)
Oímos a diario que Internet nos ha acercado más los unos a los otros, "pero si sales una noche por mi pueblo, en los bares no escucharás nada que esté de moda. Sólo hay metal y folk. Y por la calle, como mucho, te encontrarás con una orquesta en fiestas", asegura el gallego. Emilio José habla de música de aldea y sus vecinos le miran como un marciano.
Pero lo que para los habitantes de Quins, su villa, es un artefacto esquizofrénico, para el escenario de las tendencias ha sido un nuevo rayo de sol. La onda expansiva ha cruzado el Atlántico: la mexicana Julieta Venegas, por ejemplo, reivindicaba hace poco al músico gallego en estas páginas.
"¿Glocal� Sí, lo leí en un suplemento de El Faro de Vigo. No sé hacia dónde nos conducen estas reinvenciones. Pero hay una cosa positiva. Que se pueda cantar en gallego y eso lo escuche un inglés, ahora es posible. Además, los niños estudian correctamente el idioma en la escuela. Otros lo aprendimos con faltas de ortografía". El municipio de Melón, al que pertenece Quins, apenas tiene 1.500 habitantes.
Y uno de ellos �e 26 años y una camiseta que anuncia los Juegos Olímpicos para Ourense en 2056�habla de las cosas que pasan por allí con unos altavoces hasta hace poco solo disponibles para los que estaban convencidos que el pop era una patente inglesa, y el hip-hop, la rabia de las metrópolis. "En mis canciones hablo de Quins porque referirme a Ourense ya me parece algo incluso grande. Galicia lo veo como un país ingobernable.
Y España, un Estado esquizofrénico. Tenemos que darnos cuenta de que estas superestructuras son imposibles de ordenar. Atraen a los grandes capitales, pero ahora estamos sufriendo sus consecuencias".
Las canciones de su Chorando apréndese son deliciosos collages hechos con trozos de diálogos de películas, cachitos de músicas, referencias culturales, bases de hip-hop y discursos minoritarios que no tienen espacio ni en los telediarios locales. "Que algo tan local como lo mío pueda aparecer en una publicación de tendencias confirma que la división entre lo mainstream y lo underground desaparece. Y como gran fan que soy del Marqués de Sade, no creo en el gusto, así que voy por ahí siguiendo lo que me dice el corazón. Y el corazón ahora me tira hacia la música negra". Así que en breve podremos presenciar la primera transformación de indie de aldea en negro del Bronx. ¡Si la década de los noventa levantara la cabeza!" (El País, EP3, 11/06/2010, p. 5)
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