El ministerio público atribuyó a Valdivia participaciones en 35 sociedades de este sector que le fueron concedidas cuando su cuñado Ramón Ordás -imputado asimismo por los cargos de prevariación y cohecho- era director general de Industria e Enerxía en los gobiernos del PP. (...)
El ministerio público detectó entonces que estas sociedades habían eludido la constitución de un plan eólico empresarial, imprescindible para acceder a más de un parque. La mayor parte de las sociedades de Castro Valdivia -algunas enclavadas en zonas ambientalmente protegida- estaban constituidas, además, con un capital social de 3.000 euros y carecían de empleados, lo que en opinión de la fiscalía, las hacía inviables.
Mientras continúa abierta la investigación que puede declarar ilegal la larga lista de concesiones entre los parientes, Valdivia ha comenzado a deshacerse, por una parte, de sus acciones en algunas de las sociedades y, por otra, a aglutinar más de una docena de ellas en un consorcio que dota a la firma de cabecera de las características de dimensión y estructura administrativa que echaba en falta el fiscal. (...)
A comienzos de 2009, Valdivia comenzó a desprenderse de parte de Ecoener, la firma matriz de su entramado energético. El empresario vendió al grupo Norvento las minicentrales de Ramallal y Giesta enclavadas en A Lama (Pontevedra) e intentó desprenderse de los parques de Ribeiro (Lugo) y Ortigueira (A Coruña). Posteriormente, en noviembre pasado, siguió realizando cambios en la matriz.
Esta vez concentró en Ecoener 14 sociedades de las que era accionista. La fusión de todas ellas se realizó sin liquidación de las afectadas, que transmitieron en bloque su patrimonio social a favor de la absorbente que, de esta forma, adquirió todos sus bienes, derechos y obligaciones. Ello supuso un incremento de los recursos financieros de la empresa matriz en 2,1 millones con lo que elevó su capital social a 11,1 millones, según datos del Registro Mercantil.
La empresa principal de la red de Valdivia, que tiene cinco empleados, quedó el pasado enero participada por una docena de firmas de energía de las que éste es accionista, entre ellas las hidroeléctricas del Boeza, del Giesta, de Cartelle, del Freixas, del Navia, de Viana do Bolo y Moncan Renovables. A principios de febrero, 15 días antes de que el Gobierno central concediera a Hidroeléctrica de Tosende autorización para explotar 1.500 kilowatios en el Miño, Valdivia se había deshecho de las acciones de la minicentral lucense." (El País, Galicia, 25/02/2010, p. 4)
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