20/5/10

Cinco farmacéuticos proyectan la mayor red mundial de laboratorios monacales



"El Mosteiro de Samos estrena botica este sábado. De momento es una farmacia muerta, una recreación, un museo nada más. Pero los monjes que van quedando (desde que un catarro se llevó a Victoriano, a los 97 años, son 19) volverán a cultivar su jardín botánico. Aprenderán a cosechar las plantas en sazón, cuando están en su apogeo los principios activos. Montarán un secadero y luego envasarán el producto para su venta en el monasterio. Quizás, también, para su comercialización dentro y fuera de Galicia.

Si el proyecto se cumple de principio a fin, a la farmacia de Samos, y a las de Oseira y San Martiño Pinario, que ya existen, se sumarán otras 11, rehabilitadas en otros tantos cenobios gallegos. En total, Galicia tendrá una ruta por 14 boticas monacales, la mayoría originarias de la Baja Edad Media, algo que no posee ningún otro lugar del planeta.

"De momento, con Samos, ya tenéis tres, es decir, tantas como en conjunto todo el resto de España", comenta entusiasmado el cordobés José de Vicente, impulsor de la idea junto a otros cuatro farmacéuticos, todos ellos gallegos: Floro de Andrés, Miguel Ángel Álvarez Soage, Isaac Arias y Manolo Puga, estos dos últimos presidente y secretario, respectivamente, de la Academia de Farmacia de Galicia.

Después de Samos, según De Vicente, "la idea es ponerse con las boticas monacales de Sobrado dos Monxes y Celanova". Y cuando se cultiven los huertos, con el asesoramiento de Jesús Izco, catedrático de Botánica, y José María Calleja, de Farmacognosia, ambos de la Universidade de Santiago, se organizarán talleres abiertos al público para aprender a usar estas hierbas con fines medicinales. Plantas, eso sí, que se den bien en Galicia, como las diferentes mentas, la verbena, la violeta, la capuchina, la manzanilla o la digital, tan abundante en las cunetas y tan venenosa. De esos cursos, los alumnos saldrán sabiendo que la cocción de boldo es buena para el hígado o que el emplasto de verbena con huevo, aplicado en las sienes, es un remedio muy antiguo contra la sinusitis." (El País, ed. Galicia, Galicia, 13/05/2010, p. 8)

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