Fuentes de la negociación dan por hecho que la exigencia de una indemnización tan alta por parte de Repsol es un planteamiento de máximos, que podrían rebajarse por dos vías: o bien ampliando de 20 a 30 años las prórrogas de las nuevas concesiones o rebajando las tasas anuales que, como primer cliente que es, la compañía abona a la Autoridad Portuaria.
Esa reclamación de Repsol, que suma 200 millones de euros entre la indemnización y el coste de las obras, supondría en la práctica disparar hasta los 1.000 millones la inversión a acometer en el proyecto, y duplicar el presupuesto de 476 que suma la polémica Cidade da Cultura en Santiago. El Ministerio de Fomento, a través de Puertos del Estado, no quiere saber nada del dinero que pide la petrolera. Le basta con asumir el aval del crédito para financiar una desviación de otros 200 millones en las obras planificadas y todavía no contratadas por la Autoridad Portuaria.
Esas necesidades de financiación adicional de 283 millones ya han elevado hasta los 789 millones de euros el coste de Punta Langosteira, uno de los más ambiciosos proyectos de infraestructura en Galicia para los próximos años.
Sobre la mesa de la negociación no sólo está el traslado. El Puerto da por seguro que el nuevo oleoducto lo tendrá que asumir la compañía, al igual que Fomento construirá la autovía de acceso y la Dirección General de Ferrocarriles desarrolla el enlace de tren. También sostiene la Autoridad Portuaria que los nuevos tanques de almacenamiento correrán a cargo de Repsol, al ser una concesión privada, igual que la demolición de las instalaciones actuales." (El País, ed. Galicia, Galicia, 11/05/2010, p. 5)
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