"Ya no queda suelo urbanizable por vender", se congratulaba hace cuatro años el alcalde de Fisterra, el popular José Manuel Traba, al reconocer el desaforado caos urbanístico de su localidad.
El núcleo urbano del municipio vio como la edificación había aumentado en un 444% en tan solo dos años. Los desmanes en la construcción también se apoderaron de Cee, una caótica localidad a pie del mar cuyo centro urbano fue construyéndose sin orden ni concierto sobre varios ríos y un relleno.
Las riadas que en el otoño de hace cuatro años siguieron a un verano de incendios pusieron al descubierto auténticas barbaridades en esta localidad.
Y tantos excesos urbanísticos no dejaron de estar acompañados por la polémica ante la estrecha relación y múltiples lazos, apenas ocultos, entre cargos públicos de la comarca y el sector de la construcción.
La esposa y el hijo del que fue alcalde de Cee hasta 2007, Antonio Rodríguez, manejaban un entramado de seis empresas, la mayoría vinculadas a la promoción inmobiliaria. Los negocios fueron constituidos después de que Domínguez, del Partido Popular, accediese al poder municipal en 2001." (El País, Galicia, 01/02/2011, p. 3)
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