Antes dictó varios libros de memorias, tuvo cuidado de dejar escrita su biografía. Ante el prolongado ceremonial de su despedida, tanto botafumeiro, y oyendo el relato que la mayoría de los medios hacen del personaje, hay que concederle que consiguió imponer su autobiografía. (...)
Fraga Iribarne primero y Manuel Fraga después fue un personaje leve y, al tiempo, terrible. Fue leve por su vida teatral, atado a un personaje que gruñe, grita, amenaza violencia con palabras y hechos. Un dramaturgo y un actor vehemente y bulímico que había escrito su vida hasta la escena final: si no en el ruedo, como los toreros, al menos morir en el escenario, como los cómicos.
Su vida cabe en un tema del teatro barroco, la vida como un sueño. Y fue terrible también. Quien esconda su actuación contra el congreso de los galleguistas en Montevideo, contra las mujeres de los mineros asturianos, contra Julián Grimau, contra los obreros asesinados en Vitoria y tantos otros contras, miente.
La voladura del edificio del periódico Madrid, tras haberlo cerrado cuatro meses, debe de ser un fusilamiento de la libertad de prensa inédito en la historia europea. En suma, fue un personaje destacado del franquismo, que no fue una dictadura o un régimen autoritario sino un régimen totalitario y criminal. (...)
Además de ser mentira, es absurdo decir que era un demócrata. La libertad la odiaba, probablemente más por su propio carácter que por la ideología autoritaria misma. Lo demostró toda su vida y lo pudimos comprobar en nuestras espaldas quienes intentamos en su día practicar la libertad de expresión en su reinado gallego (Que Franco y Fraga fuesen gallegos ambos alguna explicación tendrá, aunque prefiramos pasar de puntillas sobre ello). (...)
Pero no comprenderemos la situación histórica actual de Galicia sin reconocer que la única corriente política que más o menos creyó en la autonomía y la asumió en la práctica estuvo en la derecha y muy concretamente la encarnó en Fraga.
Cambió la ley electoral fundamentalmente para conducir al nacionalismo a la situación histórica en la que se encuentra, consiguió la anuencia de los socialistas gallegos y controló de forma directa o indirecta la abrumadora mayoría de los medios de comunicación, encerrando a Galicia en una jaula asfixiante donde no cabía ejercer en público la disidencia o la libertad personal.
Sobre esa Galicia tutelada levantó una ideología populista basada en un concepto, la "autoidentificación", y empezó por el mismo, mostrándose como un "galego coma ti" y cultivando un estilo populista degradado para conseguir que los sectores sociales más atrasados se identificasen con él. Sin duda que la grosería y el machismo era parte cultivada del personaje, pero, además del cálculo electoral, había en ello algo natural y sincero.
Aquel intelectual -porque lo era- que se mostraba como un hombre vulgar hacía una reivindicación de una parte de sí mismo, de su origen. Sus lágrimas no mentían. Fraga podía ser un jerarca franquista, un catedrático, embajador, diputado, presidente de la Xunta... Pero no querría pasar por señorito." (SUSO DE TORO: Nuestro Fraga. El País, 22/01/2012)
"Entre los logros menos conocidos de Manuel Fraga figura el haber presidido un Consello de la Xunta sin pertenecer siquiera al Gobierno.
Ocurrió en 1987, cuando el gabinete del popular Xerardo Fernández Albor se caía a pedazos y los socialistas empezaban ya a tramar una moción de censura con cinco parlamentarios -capitaneados por Xosé Luis Barreiro Rivas- que habían desertado de AP. Albor estaba de viaje en Latinoamérica y, en su ausencia, Fraga ocupó la silla del presidente en una reunión informal del Gobierno en el Pazo de Raxoi. Fue la puntilla para el jefe del Gobierno más débil que haya conocido la autonomía gallega y la prueba de que El León de Vilalba, estrellado contra su famoso techo electoral en el conjunto de España, había hecho caso a los que le pedían que volviese a su tierra. (...)
Lo siguiente fue amarrar bien todos los resortes del poder... De las arcas de la Xunta empezaron a manar riadas de millones hacia los medios de comunicación privados. En los públicos no hizo falta: los oficios de su mano derecha, Jesús Pérez Varela, los convirtieron en una oda permanente al hombre providencial que dirigía los destinos de Galicia. Dentro del partido, solo regía una máxima: "Lo que diga don Manuel".Y luego se sumó todo lo demás. No le quedó una sola aldea de Galicia sin pisar, con Xosé Cuiña como eficaz ejecutor llenó el territorio de carreteras, puentes, auditorios y polígonos industriales -a veces de muy dudosa utilidad- y revolucionó la vida rural llevando el teléfono a todas las casas." (El País, 17/01/2012)
"En su debe, sin embargo, contará para siempre haber colaborado con tanto convencimiento como activismo con la dictadura franquista y sus sistemas de represión, manipulación y propaganda.
La historia no le absolverá. Pero ya le ha tratado con mucha generosidad, al permitir que se recuerde más aquella época de su vida por el baño en Palomares y el Meyba, que por haber sido miembro de un Gobierno que perseguía y maltrataba a quien no pensara igual.
También figurará en su saldo negativo haber desaprovechado, en gran medida, la mayor oportunidad que ha disfrutado nunca Galicia para planificar y completar un proceso de modernización como país que nos llevase a una economía con más valor añadido y más competitiva, un territorio más equilibrado, o unas instituciones más eficaces y de mayor calidad democrática.
Nunca dispusimos de tantos recursos, tanta capacidad de decisión y autonomía política y tanta voluntad para poder ser lo que quisiéramos ser. El resultado ha sido correr muy rápido delante de nuestros errores liderados por Fraga, hasta que han acabado por volver a alcanzarnos.
Como si estuviéramos jugando a la Oca en vez de vivir, amar o gobernar y hubiéramos caído en la calavera, hemos retornado a la casilla de salida." (El País, 17/01/2012)
"El caso es que volvió para lograr la presidencia, en unas elecciones bastante apretadas.
"Aunque nadie lo recuerde, nunca quedó aclarado si ganó o no ganó [hubo un polémico recuento de unas sacas de votos llegadas de Venezuela fuera de fecha, que la oposición no impugnó y que le adjudicó el PP el diputado que daba la mayoría].
Todo el mundo decía que Felipe González ordenó no cuestionar el resultado para darle a Fraga un espacio, porque había unos sectores muy nerviosos en la derecha por ese vacío...", cuestiona Guerreiro, que recuerda que Fraga Iribarne "tomó dos medidas importantes":
"Una, modificar la ley electoral para elevar el mínimo para acceder al parlamento del 3% al 5%, porque tenía la mosca detrás de la oreja después de lo apurado de su victoria. La otra escoger a Beiras como partenaire, aunque luego se le escapó de las manos cuando se convirtió en segunda fuerza".
"Fraga ayudó a potenciar la autonomía, la hizo más presente, pero en la economía no contribuyó a promover nada que no estuviese ya en expansión. El sector privado pujante que hay, creció independientemente de su gestión. Los fondos de la UE se distribuyeron en una serie de proyectos sin relevancia.
Construir un pabellón deportivo o una casa de la cultura es fácil, pero en lo que es la transformación de la economía de Galicia, la pesca, el sector lácteo, la construcción naval, no hizo nada", asegura Camilo Nogueira. Para Guerreiro, "la herencia más dura de Fraga fue la toma de todo el aparato ideológico y de comunicación para poner a la Xunta fuera del control social. Una herencia que todavía sigue".
Uno de los gallegos que disienten más radicalmente de que aquella edad fuese de oro es Xosé Luis Barreiro Rivas, director de la campaña que le había dado -sin polémica, pero con sorpresa- a AP su primer gobierno, el de Fernández Albor, y que después ayudó a arrebatárselo con una moción de censura.
"El balance es muy dudoso. Tuvo éxito si consideramos éxito obtener cuatro mayorías absolutas, pero llegó a la Xunta cuando ya había un aparato institucional consolidado, con abundantes recursos en España y en Europa que permitían regar dinero y darle vistosidad al poder personal.
Pero, ¿qué queda?: carreteras, grandes infraestructuras aisladas y caras de mantener, pero un país sin vertebrar y con los problemas de siempre. El símbolo de su gestión es la Cidade da Cultura: algo muy grande y muy caro que nadie sabe para qué sirve". (...)
"Es más propio de la condición humana recordar las virtudes de los ausentes", comenta Portomeñe, que no se resiste a contar una anécdota que ilustra el carácter del que fue presidente gallego durante 16 años.
"Una vez le echó una bronca a la señora de la limpieza de Raxoi, que se llamaba Esterina, por haber retirado un botellín de agua no del todo vacío. A su entender, aquello constituía un dispendio de lo público". Ahora, sea como Júpiter tonante, como Jano bifronte, o como el Saturno que devoraba a sus hijos, Fraga está ya en la mitología de la política." (El País, 17/01/2012)
"Si el fundador de AP y el PP era un apasionado por la libertad, mucho debió de sufrir hasta bien entrada la edad adulta.
Precisamente el espíritu de servicio al Estado que le resaltan Rajoy y tutti quanti le hizo no discriminar qué tipo de Estado servía, fuese dictadura o democracia.
Y si bien es cierto que altos cargos de Franco fueron también Joaquín Ruiz Jiménez o Rodolfo Martín Villa, el primero optó por la rectificación y el segundo por la discreción, mientras don Manuel por el sostenella y no enmendalla.
No está bien recordar los pasados errores ajenos, pero tampoco olvidar que el hijo pródigo fue celebrado y agasajado porque reconoció sus errores (Lucas, XV, versículos 11-32).También es retorcer un poco la historia adjudicarle el advenimiento de la democracia. (...)
Y también es cierto que su Ley de Prensa de 1964 mejoró lo que había, pero no "posibilitó el despegue de una cultura mediática ajena a los dictados ideológicos de la época", como asegura el presidente del Gobierno y del PP.
Cambió el "está prohibido decir eso" por el "usted verá lo que hace si dice eso", como comprobaron, por ejemplo, los editores de La Voz de Galicia que tuvieron que pagar en 1968 una multa de 50.000 pesetas "por exaltar el idioma gallego", y otros, también en Galicia, que vieron secuestrados sus libros y revistas.
Es más, posiblemente lo peor de Fraga, su herencia más negativa y todavía vigente, son sus epígonos, los que acuñaron aquel "lo que diga don Manuel" que definió sus relaciones con amplios sectores sociales, altos y bajos." (XOSÉ MANUEL PEREIRO: Fraga explicado a los niños. El País, 19/01/2012)
"La biografía de Manuel Fraga no está completa sin el relato del
sufrimiento que provocó su participación política durante la dictadura.
"Encontraron en el bolsillo de una americana una carta que iba a enviar a su psiquiatra", recuerda la hermana del joven estudiante asesinado, Margot Ruano, de 61 años. Cuando la misiva llegó al Ministerio de Información, dirigido entonces (enero de 1969) por Manuel Fraga, comenzó una de las estrategias más sombrías de la biografía del político gallego.
El documento que Enrique iba a enviar a su psiquiatra, Carlos Castilla del Pino, fue manipulada por los hombres de Fraga en un diario personal que supuestamente desvelaba las tentaciones suicidas de Ruano.
El diario ABC publicó las frases textuales que Enrique relataba a su psiquiatra y acompañó la filtración de una columna titulada: "Víctima sí, ¿pero de quién?", en la que critican la supuesta utilización por parte de la izquierda de la muerte "de un pobre muchacho tocado de una clara y típica psicopatía".
"Fraga lastró la memoria de mi hermano influyendo en la prensa de la época para justificar un asesinato calificándolo como un suicidio", recuerda Margot.(...)
Enrique Ruano fue disparado en un hombro y cayó desde un séptimo piso durante un interrogatorio. Los médicos que le hicieron la autopsia ocultaron el rastro de la bala en la clavícula. Cuatro médicos reconocieron en 1996 en la Audiencia Nacional haber manipulado la autopsia por presiones del Gobierno. (...)
La impunidad fue absoluta, pero el hecho de que la Audiencia reconociera que mi hermano fue disparado ya es más de lo que consiguieron otras familias. Fue un asesinato político", añade Margot. "Fraga tiene las manos manchadas de franquismo", resume la hermana de Ruano, asesinado a los 21 años.
"Fraga llamó a mi casa, mientras trataba de arrastrar por el lodo a mi hermano, para dar el pésame. Tenía 18 años, pero sabía qué estaba pasando. Me dijo que le pasara a mi padre pero me negué. Bastante tenía mi padre como para escuchar a este miserable", recuerda Margot(...)
El 3 de marzo de 1976, la Policía asesinó a cinco personas en una huelga en Vitoria... "¡Buen servicio! () Aquí ha habido una masacre... Pero, de verdad, una masacre ", dejó grabado un mando policial. La Justicia nunca sentó en el banquillo a los responsables de la "masacre", como Manuel Fraga, entonces ministro de Gobernación. (...)
Ver a mi hermano muerto en el hospital de Santiago fue muy duro, pero fue peor tener que decírselo a mis padres"... Martínez critica las alabanzas a Fraga de los dirigentes del PP y del PSOE. "¿Qué pensaríamos si un nazi fuera al presidente de honor del partido del Gobierno alemán?", se pregunta. (...)
"Rebelión militar continuada". Ese fue el delito que llevó al paredón a Julián Grimau, dirigente del PCE, en la madrugada del 20 de abril de 1963 a sus 52 años. Un día antes, se reunió durante horas el Consejo de Ministros presidido por Franco.
El dictador quiso compartir con sus ministros, entre ellos Fraga, que ocupaba la cartera de Información y Turismo, la responsabilidad de la condena a muerte de Grimau. Según se ha podido comprobar después, todos votaron a favor.(...)
"No se puede considerar un demócrata a alguien que no ha sido antifranquista", destaca el militante comunista al respecto de los honores recibidos por Fraga durante toda la semana." (Público, 22/01/2012,Víctimas del Fraga franquista)
"Iban de excursión a Asturias y terminan en el funeral de Fraga.
«Dixeron que quen poñía o coche era a Xunta, e que ía para Santiago», aseguran los vecinos de Lugo." (La Voz de Galicia, 22/01/2012)
1 comentario:
josé antonio zarzalejos altares, director general de seguridad adjunto el 3 de marzo de 1976
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