"Pero de la crisis Galicia va a salir muy mal parada. La estructura
social está mutando al calor de la crisis, y la política le seguirá,
antes o después. Ciertas elites de A Coruña y Vigo están desapareciendo
del mapa, o desinflándose. El Banco Pastor ha desaparecido, lo mismo que
las dos cajas. Según todos los indicios, no tardará en salir a subasta
el Novagalicia Banco.
Los empresarios que encontraban en esas entidades
comprensión para sus cuitas no tendrán ya, al otro lado de la mesa, un
interlocutor. Muchas empresas desaparecerán, como ya lo están haciendo.
Más abajo en la escala social, la crisis del capitalismo se está
llevando por delante al Estado del Bienestar. Desde la cajera del Gadis
al profesor de secundaria, todo el mundo se empobrecerá.
Lo normal es que eso acabe reflejándose en transformaciones
ideológicas que estamos lejos de poder percibir en sus contornos.
Sabemos que lo que se cuece en la olla lo hace muy lentamente, aunque la
crisis acelere los tiempos de la recomposición. En medio de una
desafección creciente a la política establecida, es normal que la
mayoría del PP se torne frágil otra vez. Pasado el tsunami lo probable
es que sus votantes refluyan.
Los beneficiarios serán socialistas y
nacionalistas, pero no hay que descartar la aparición de nuevas fuerzas.
El nuevo partido nacionalista, para sobrevivir, ha de conseguir no solo
electores del BNG, sino también votantes del PP y del PSdeG. En ese
caso se removerían las estancadas aguas del sistema político vigente
desde hace décadas. Pero también puede suceder que esa opción apande con
el sambenito de retener el poder para Feijóo si resta en vez de sumar.
Nadie lo sabe.
Galicia está, en estos momentos, en recomposición. Los que mandaban
están dejando de hacerlo, pero todavía no sabemos quién los reemplazará,
ni con qué criterios. No sólo es un hueco político. Es un agujero
social, económico, el que se abre. También de discurso. Vivimos en uno
de esos instantes que constituyen una divisoria, en los que se fragua el
juego de fuerzas futuro de una sociedad.
Todos los vectores, incluídos
los intelectuales y morales, los marcos de pensamiento de una sociedad,
están reconfigurandose. No es el 98, con su carácter agónico, pero, a un
cierto modesto nivel, la depresión de hoy puede provocar una crisis de
legitimidad, una desafección de diversos segmentos sociales que veremos a
quién aprovecha." (El País, Galicia,06/05/2012, 'No es el 98',Antón Baamonde )
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