"La Xunta de Galicia y su presidente, Alberto Núñez Feijóo,
han tenido que enfrentarse a todo tipo de críticas y manifestaciones
multitudinarias en defensa de la sanidad pública gallega como la del
pasado 9 de febrero, encabezada por asociaciones sanitarias, sindicatos y
oposición. Sus quejas iban orientadas al recorte del 21% en Atención Primaria
y a los intentos de privatización durante los once años de mandato de
Feijóo; así como a la rebaja del número de camas hospitalarias que a día
de hoy es palpable por la pandemia; la precariedad en enfermería y
atención pediátrica; las saturaciones en urgencias que provocaron muertes de pacientes esperando asistencia en el hospital o ambulancias ,
y también denunciaron el deterioro en la calidad asistencial en el
rural, dañada fundamentalmente por la reforma de la Ley Sanitaria en
2017.
Según la Xunta de
Galicia este nuevo modelo buscaba "la mejora del servicio sanitario"
pero para los detractores las consecuencias se reflejarían en recortes y
la mengua de la calidad asistencial en los enfermos, en médicos de
familia y en los hospitales. Año tras año, los recortes presupuestarios
en Atención Primaria han provocado colapsos en los centros de salud
donde los profesionales se ven forzados a atender hasta 60 pacientes al
día. La literatura científica señala como recomendable destinar el 25%
del presupuesto total de Sanidad a la Atención Primaria pero la Xunta
destina "apenas un 12%" según cuenta a Público el portavoz de SOS Sanidade Pública, Manuel Martín.
Según la organización y de acuerdo a sus datos, en el último año el
Sergas eliminó más de "450 camas a la baja", se han perdido "513" plazas
de médicos, "184" puestos de enfermería y "1121" profesionales del
total del personal sanitario. El ahorro económico hasta el año pasado
acumulado en los recortes en Atención Primaria ha sido de "mil millones
de euros". Para Martín "hacen faltas camas y personal" pero ante la
precariedad en el sector, muchos profesionales que cursaron el MIR se
han ido de Galicia para buscar mejores condiciones. "No sabemos cómo
vamos a conseguirlos", añade.
Ahora, Feijóo prevé construir dos hospitales de campaña
ante la falta de camas siguiendo el ejemplo de Ifema. Se articularán
en A Coruña y en Santiago en el recinto ferial Expocoruña y el Multiusos
Fontes do Sar respectivamente, aún sin haber agotado todos los recursos
de la pública, que, según el presidente de la Xunta, pretende utilizar
antes de ocupar los de campaña. Estos se equiparán de 300 camas en A
Coruña y 150 camas en Santiago y se pondrán en marcha antes de que se
alcance el pico de incidencia del coronavirus en la comunidad, que se espera a mediados de este mes.
Martín explica que
"se ha demostrado en Madrid que estos modelos generan muchos problemas
porque no están organizados ni capacitados para atender a los
pacientes". De momento, la red de hospitales privados continúa
infrautilizada y, de las "2.300" camas hospitalarias que dispone el
sector privado, se han usado cerca del "30%" según informa SOS Sanidade.
Sumadas a las 7.500 camas públicas, "es un colchón suficiente para
atender". Además, también insiste en que el caso de Ifema es
"paradigmático" y que utilizar médicos de Atención Primaria ya carentes
en los centros de salud empeorará la situación.
Además, es en las
zonas rurales donde la precariedad en la contratación golpeó con más
fuerza en los hospitales comarcales y geográficamente aislados, que
supone que el personal sanitario tenga que desplazarse varios kilómetros
para hacer guardias, opción que no suele salir rentable por el gasto en
el desplazamiento, a no ser que cuenten con una plaza fija. Mientras
que no logren estabilidad el personal busca otras opciones y al no mudar
las relaciones laborales, la incidencia directa de los recortes
persiste en la gente envejecida, suponiendo un gasto en el transporte
público -de haberlo- o para sus familiares si pueden desplazarlos.
Los mayores se ven
todavía más damnificados por el coronavirus en las residencias superando
las cifras que esperaba el Ejecutivo Autonómico, habiendo más de 450
afectados y 21 muertes, además de las 130 en centros hospitalarios. La
Xunta ha intervenido dos instalaciones y la oposición pide que actúen en
las demás. El secretario xeral del PSdeG-PSOE, Gonzalo Caballero,
insta a la Xunta a "reforzar"el sistema sanitario con "un plan
urgente". "Ya habrá tiempo para evaluar qué pasó ante el desbordamiento
de las previsiones de contagios en residencias", añadió.
El portavoz de
Galicia en Común-Anova Mareas, Antón Gómez Reino, que ya ha
superado la covid-19, insistió en la "perversidad" del sistema del PP
que ha supuesto desmontar "un modelo de cuidados para implementar un
modelo de negocio". En cuanto a los hospitales, reparó en que si el
Sergas termina por colapsar "buena parte de la responsabilidad será de
Feijóo, que lleva años recortando el presupuesto sanitario".
A día de hoy, la Conferencia Intersindical Galega (CIG)
y su Secretaria Xeral de Saúde, María Abuín, reclaman materiales y
reprochan la falta de protocolos para el uso de medidas preventivas,
habiendo una "disparidad de criterios de utilización de un centro a
otro". Los sanitarios se enfrentan día a día a "inseguridades" y
continúan movilizándose entre centros por no poseer plaza fija, algo que
no concuerda con los planes de prevención que obligan a un control de
los profesionales para que no se expongan a un riesgo de contagio.
Además, Abuín
sostiene que el Sergas es "el único colectivo donde personal sanitario y
no sanitario no ha podido establecer medidas de conciliación familiar",
y sumado a que los turnos por parte de la Administración pública se
avisan con poca anterioridad "la gente tiene un sobreesfuerzo"
exponiéndose ellos mismos al estar en contacto con enfermos y también
sus familias, impidiendo un control real sobre la población.
La presidenta de la Asociación de Enfermeiras de Pontevedra (AENPO) y activista en Enfermeiras en Loita -asociación nacida en contra de las políticas sanitarias de Feijóo-
Miriam Colombo, denuncia la falta de personal de enfermería en los
hospitales que a día de hoy se solventa porque las profesionales
intentan ofrecer "lo mejor" de sí mismas. La ratio de enfermeras por
cada 1000 habitantes se sitúa en un 8,8 en la media europea; en España
en 6,5 y en Galicia todavía es menor, fijada en un 5,5, según fuentes de
la organización.
"Tenemos material
gracias a las donaciones en condiciones que no deberíamos, reutilizando
mascarillas y batas", asegura la presidenta a Público. Asimismo,
postula que lo más complicado para ellas es poder realizar su trabajo
sin que salgan sus familias perjudicadas, ya que "no se hacen test". En
el caso de posibles contagios, "envían al personal a casa donde hay
mayores y niños pequeños y la prueba puede tardar hasta cinco días".
Colombo prosigue:
"Esto tiene que servirle al Sergas para el después, porque nosotras
pedimos recursos para nuestros pacientes. Agradecemos el aplauso de
verdad, pero el mejor aplauso es que se voten a partidos que no recorten
en sanidad". De cara al futuro, el portavoz de SOS Sanidade Pública,
Manuel Martín, prevé unas largas listas de espera ante la paralización
de la atención en un "40%". "Si no hay una estrategia para potenciar lo
público, se lo va a llevar crudo la sanidad privada", concluye." (Alba Tomé, Público, 04/04/20)
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