12/5/11

Ferrol, capital del pesimismo

"La ciudad naval tiene varias venas abiertas por donde se desangra poco a poco.

La primera sangría es de población. La séptima ciudad de Galicia, con 73.638 habitantes, ha perdido 8.353 vecinos desde 1999 retrocediendo al padrón de 1960. El 12% son mayores de 65 años y el 10% está en paro.

La segunda es de cemento. La plaza de España, puerta de entrada a la urbe, lleva nueve años en obras que terminan la semana próxima tras consumir "unos 20 millones" de fondos públicos, según los cálculos del Gobierno local.(...)

El tercer sangrado es político. Ningún alcalde ha resistido un segundo asalto electoral desde 1983. Gobiernos de izquierdas y derechas se han alternado sistemáticamente en coaliciones más o menos polémicas.

A juicio de los vecinos, todos los grandes proyectos de ciudad están condicionados por "una política errática" que cambia de color cada cuatro años. (...)

Fernando Sinde, presidente del comité, destaca el enorme potencial de las factorías de Ferrol y Fene, próximas a agotar su cartera de pedidos, y critica que falta "voluntad política" para lograr nuevos contratos y potenciar el área de turbinas y reparaciones.

En la bocana de la ría se asienta un puerto exterior espléndido que busca clientela en el sureste asiático y el canal de Panamá para ser el garaje atlántico del tráfico de contenedores con una gran terminal internacional en proyecto.

La dársena de cabo Prioriño clama por una conexión ferroviaria que enmiende el despropósito de haber sido planificado sin accesos. (...)

"La ciudad nació del mar y en el mar está su futuro", diagnostica el profesor José A. Ponte Far, que ha dedicado 38 años a profundizar en la idiosincrasia del ferrolanismo.

Cita a Torrente Ballester, que sintetizó Ferrol como "una ciudad lógica en una tierra mágica" y opina que "arrastra una insuficiencia crónica para seguir el ritmo de los tiempos".

Socialmente atípica y políticamente atomizada, Ferrol posee varias peculiaridades que no se repiten en ninguna otra urbe gallega. (...)

"Fue creada y amamantada por el Estado, y el destete fue tardío", resume un conocido economista. Opina que Ferrol "debe pasar la página" de los tiempos de gloria de la construcción naval civil y propulsarse sobre la plataforma del puerto exterior para crecer y diversificarse "en otros campos". (...)

"El estamento militar no es lo que era ni el proletariado tampoco. Socialmente ya no está tan tensionada y ha evolucionado a mejor, pero falta clase media", reflexiona el historiador Guillermo Llorca.

Cree que Ferrol arrastra un "pesimismo crónico que daría para una tesis doctoral" y cree que la ciudad "se valora poco". "Falta ese punto chovinista al estilo coruñés", bromea. (El País, Galicia, 11/05/2011, p. 5)

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