"La burocracia y las deudas paralizan la llegada del nuevo regadío a Galicia. El Gobierno tiene reservados desde hace años 66 millones para acequias y bombeo.
Tenemos un suelo fértil, pero sin regadío se muere. En verano esto es como Castilla". Alicia Tourán es una campesina de la Galicia árida, que también existe, preocupada por la "crueldad" y el "descontrol" del cambio climático, y con la esperanza puesta en unos sistemas modernos de regadío que están pendientes de implantarse en su tierra, el Val de Lemos (Lugo), desde hace casi 20 años. La Administración dice tener 66 millones de euros preparados para construir, en esta comarca lucense y la orensana de A Limia, una red de acequias y estaciones de bombeo que multipliquen la rentabilidad de la agricultura y acaben con el tradicional despilfarro de agua. Pero razones burocráticas y económicas demoran las inversiones.
Los agricultores del Val de Lemos llevan el agua a sus tierras gracias a unas canalizaciones de los años 60 por las que se pierde el 80% del caudal. Por estas instalaciones han de pagar unas tasas anuales a la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, que en 2002 pasaron de 36 a 400 euros por hectárea, una subida que la comunidad de regantes se negó a pagar. Desde entonces los campesinos de Lemos han acumulado una deuda de 500.000 euros que les fue reclamada en 2007 para poder ejecutar las obras de modernización del regadío. (...)
El proyecto sólo se puede llevar a cabo en territorios donde se haya finalizado el proceso de concentración parcelaria y este requisito sólo lo cumplen en esta comarca 800 de las 4.710 hectáreas que conforman la zona regable. "Al ritmo que va la concentración podemos estar otros 30 años esperando", advierte Alicia Tourón, presidenta de la comunidad de regantes. (...)
Para modernizar el regadío, con una inversión que Seiasa del Norte cuantifica en 24 millones de euros, los agricultores han solicitado a la Confederación Hidrográfica Miño-Sil unas concesiones de caudal que no llegan. Pérez Rúa asegura que las peticiones han sido tramitadas en algunos casos hace cuatro años y no entiende por qué el organismo del Ministerio de Medio Ambiente aún no ha contestado. La Confederación tampoco ha explicado a este periódico la demora. Seiasa del Norte ha reservado fondos para esta obra en sus presupuestos de 2009. "Si no van para A Limia, irán para otro sitio", señala desde Valladolid el director de la empresa estatal." (El País, ed. Galicia, Galicia, 02/11/2008, p. 10)
"Está demostrado, dicen desde Seiasa del Norte, que un regadío moderno aumenta un 30% las cosechas usando la mitad de agua. El director de la empresa, Ángel Ballestero, explica que la tecnología permite "domesticar el agua", ya que unos sensores en la tierra permiten activar el riego sólo en los momentos en los que se detecta que el terreno necesita humedad.
Los regantes han de pagar alrededor de un 15% de la obra, así como el mantenimiento de las instalaciones. "En A Limia han hecho sus cálculos financieros y les sale a pagar muy poquito", señala Ballestero, quien advierte que el agua ha dejado de ser un bien que se pueda derrochar, siquiera en Galicia." (El País, ed. Galicia, Galicia, 02/11/2008, p. 10)
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