6/5/11

El Estado pagó 740.000 euros por daños del 'Prestige' a un hotel en construcción

"Fue la única empresa hotelera de Galicia compensada con indemnizaciones por daños derivados de la catástrofe del Prestige pese a que cuando se produjo el naufragio, el 13 de noviembre de 2002, aún estaba en obras. Incluso un par de meses antes, para cobrar unas subvenciones del Instituto Galego de Promoción Económica (Igape), los promotores habían solicitado una prórroga de seis meses para certificar su conclusión.

No obstante, el Tálaso Atlántico, complejo hotelero de talasoterapia asentado en el municipio de Oia, recibió del Ministerio de Hacienda 740.519 euros como indemnización por los daños ocasionados por el naufragio del Prestige en su plan de negocio. (...)

Cuando naufragó el Prestige, la obra estaba casi acabada y contratada una buena parte del personal. Quedaba por hacer una pieza primordial, el emisario para captar las aguas que dan el carácter singular del hotel, su centro de talasoterapia.

La Xunta había apostado decididamente por el proyecto, vinculado a la captación de un turismo de calidad y no estacional, y con grandes expectativas de desarrollo en otras partes de la costa. Las ayudas comprometidas, y finalmente libradas por la Administración autonómica, sumaban 3,8 millones de euros.

Esta apuesta autonómica es una de las razones que esgrime Talaso Atlántico para recabar ayudas al consorcio de seguros que afronta la compensaciones iniciales por los daños de la marea negra.

Los promotores del proyecto comunican en los primeros meses de 2003 su delicada situación en la oficina específica que montó el Gobierno para las actuaciones derivadas de la catástrofe, donde encontraron una "natural receptividad" a sus planteamientos y aliento para proseguir los trámites establecidos para obtener las ayudas.

El chapapote, según indicaban los promotores en su informe, hacía demorar la construcción del emisario, impregnaba la piedra angular del proyecto (la pureza de las aguas) e impactaba como un "efecto psicológico negativo" sobre la clientela potencial del centro de talasoterapia, cuya disminución, así como los índices de ocupación y de ingresos, se cifró en torno al 60%, tomando como referencia las consecuencias que había tenido el naufragio del Erika en el turismo de la Bretaña francesa. (...)

El ejercicio de 2003 no resultó, al cabo, tan catastrófico como se auguraba luego de la marea negra. En el verano se constató una bajada en la ocupación hotelera de Galicia del 7,45%. El complejo de Oia abrió en la Semana Santa de aquel año y recibió un notable impulso con la Feria Mundial y la Conferencia Internacional de Ministros de Pesca que se celebró en septiembre. En 2005 ingresó la indemnización de Hacienda." (El País, Galicia, 05/05/2011, p. 1)

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